La tasa Tobin o ITF (Impuesto a las transacciones financieras) fue ideado para amortiguar las fluctuaciones en los tipos de cambios. Por consiguiente, es muy importante analizar sus implicaciones especialmente en el trading cuantitativo.
Desde que el pasado octubre España se sumase al grupo de países de la UE que, encabezados por Alemania y Francia, pretenden acogerse al mecanismo de cooperación reforzada para implantar la llamada Tasa Tobin, el pequeño trader independiente puede considerarse una especie en vías de extinción. Las comisiones y los impuestos erosionarán de manera apreciable cualquier expectativa razonable de obtener beneficios en horizontes temporales pequeños. Hacer day trading será prácticamente tarea imposible, ya que el beneficio medio por operación (BMO) de los mejores sistemas intradiarios es más bien discreto, radicando su fuerza en el martilleo continuo o alta cadencia operativa.
En los foros y otros mentideros en formato digital observamos muchas cosas que nos preocupan: nerviosismo, incertidumbre, ganas de abandonar el país, propuestas de planificación fiscal delirantes e inviables, viejos bolseros que se refugian en una suerte de jubilación forzosa. En fin, el panorama es poco halagüeño, más aún si tenemos en cuenta el reciente aumento de la presión fiscal hasta niveles casi confiscatorios, así como la implantación de medidas arbitrarias e inútiles, como el veto a los cortos, que solo sirven para crear desconcierto. En estas condiciones no es de extrañar que las empresas de servicios de inversión (ESI) de nuestro país muestren, según datos de la CNMV, un deterioro del beneficio del 38% con respecto al año anterior. Esta vez no se trata solo de la comprensible inhibición o cautela del inversor particular ante un ciclo económico desfavorable; hay miedo y podría haber desbandada.
Dado que todas las personas físicas y empresas de los países acogidos al acuerdo estarán obligadas a pagar la tasa y que en su aplicación prevalecerán los criterios de emisión y residencia, no parece, en principio, que determinadas modalidades de operativa vayan a ser viables en un futuro próximo. A quienes no se dedican al trading con derivados, un gravamen del 0,01% por operación podría resultarles insignificante, incluso demasiado bajo. Sin embargo, será una pesada losa para buena parte de los sistemas de trading que operan en la actualidad.
Pongamos algunas cifras:
Cerrar un operación en el FGBL con un broker online tiene un coste de unos 2€ por contrato (4€ r/t). En un producto tan líquido —por eso es uno de los preferidos para implementar sistemas— el slippage medio con órdenes a mercado y en stop (las más frecuentes) ronda los 0,2 ticks (1 tick = 10€), por lo que hemos de añadir otros 4€ por operación cerrada. Hasta ahora llevamos 8€ de gasto inescapable, con independencia de que la operación sea ganadora o termine en rojo. Sin embargo, con la tasa Tobin, tendremos que abonar al entrar y al salir el 0,01% del valor nominal del contrato que es de 100.000€. Por tanto, la mordida ascenderá a 20€. Y esto es muchísimo porque supone incrementar en un 250% el gasto de la operativa.
Por otra parte, al aplicar el 0,01% a todos los productos derivados sin tener en cuenta factores críticos como la volatilidad o las variaciones diarias de precios se generan asimetrías y situaciones poco equitativas entre los distintos activos. Así, cerrar una operación en el FDAX nos puede salir mucho más rentable que en el FGBL debido a que su mayor amplitud de rango garantizará un beneficio medio mayor con estrategias intradiarias, incluso tipo swing de corto recorrido. En definitiva, lo que se va a mirar con lupa a la hora de buscar mercados idóneos es la relación BMO / gastos. Y esto, paradójicamente, dejaría en clara desventaja algunos de los productos más líquidos y consolidados del panorama europeo sobre los PIGS; auténticos “cerditos trotones” como el FIBEX, muy volátiles pero dramáticamente ilíquidos. Aunque estos últimos, debido a una mayor reducción del volumen, tampoco resultarán apetecibles. En realidad, es muy probable que para el inversor global, poco dispuesto a estas disquisiciones dado que dispone de mercados por todo el planeta para dar y regalar, serán los países de la UE en su conjunto los que perderán una parte sustancial del atractivo que pudiesen tener.
Ahora veamos cómo un excelente sistema intradiario, que aplicado en real durante los últimos años ha generado notables beneficios en el Bund, acabará prácticamente sucumbiendo al peso de la tasa.
En primer lugar mostraremos sendas curvas del equity con la aplicación y sin la aplicación de la Tasa:
Indudablemente, situaciones como esta obligan a revisar por completo la operativa sistemática, al menos en los siguientes niveles básicos:
A) DETERMINACIÓN DE LA MODALIDAD DE TRADING
En el momento de implantación de la tasa habrá que olvidarse de las lógicas para intradía y centrarse más en los sistemas tipo swing y de base diaria. En alguna ocasión nos han preguntado si esto se puede resolver diseñando sistemas más eficientes para el day trading; por ejemplo con mayor BMO y porcentaje de aciertos. Pero la verdad es que aquí hay poco margen de mejora y siempre tenemos el límite absoluto del rango efectivo específico de cada mercado. Por tanto, la migración a sistemas que cumplan al menos las dos siguientes características parece inevitable:
Mayores time frames. El tick-trading y el minutaje extremo dejarán de tener sentido. En su lugar, nos iremos a compresiones horarias superiores a los 20 minutos y, muy posiblemente, de base diaria.
Aumento del beneficio medio hasta conseguir un ratio BMO / gastos similar al que contemplamos ahora (de 2 a 3 veces). Esto seguramente implicará, con independencia de la lógica empleada, mayor tiempo de permanencia en el mercado (quizá entre 3 y 5 días) y menor cadencia operativa; adiós a los sistemas de gatillo fácil.
B) SELECCIÓN DE MERCADOS
Como ya hemos visto, aunque la tasa sea igual para todos, no todos los mercados se verán afectados de la misma manera. En consecuencia, será muy recomendable seleccionar los activos tomando como criterio diana su potencial para generar beneficios descontando el efecto de la tasa en términos de amplitud de rango y volumen. Pero el peor problema será que estos y otros rasgos se verán severamente afectados por la mera existencia de la tasa: sin duda habrá un antes y un después, generándose un sesgo en los históricos que hará más difícil establecer comparaciones y evaluar adecuadamente el comportamiento de los sistemas. En una situación así, cabe la pregunta: ¿Hay que abandonar los productos europeos? Imposible aventurar una respuesta.
C) GESTIÓN DE CARTERAS
Una de las ventajas del planteamiento intradiario es que, al estar la operativa acotada por el cierre de cada sesión, es posible modular mucho mejor el riesgo, diversificar más y operar un mayor número de vectores de inversión (mercados/sistemas) con menor capital inicial. Pero con la tasa Tobin esta configuración idónea para cuentas pequeñas y medianas se acabó. Ahora ya no interesa tanto la ecualización del porfolio en términos riesgo / recompensa, ni obtener una curva de beneficios suave y continua por el expediente de tener una alta cadencia operativa.
Interesa, ante todo, diluir el efecto de la tasa aumentando el BMO de cada sistema.
Pero esto nos llevará a:
Cuentas bastante más capitalizadas si queremos mantener el mismo número de vectores de inversión en cartera. A esto contribuirán dos factores: Draw doowns (DD) más altos, al aumentar el tiempo medio de permanencia en el mercado, y garantías más elevadas, ya que casi todos los brokers rebajan sustancialmente su cuantía cuando se trabaja en horario RTH.
Resultados más erráticos, debido a que con lógicas tipo swing llevará mucho más tiempo a los sistemas salir de un DD. Serán frecuentes los portfolios que no generan nuevos máximos durante semestres e incluso años.
Pérdida de competitividad y eficiencia con respecto a otros operadores sistemáticos que trabajando desde fuera de Europa no se verán sometidos a la tasa. Sencillamente, tanto la gestión privada como profesional de cuentas desde cualquiera de los países firmantes del acuerdo será menos competitiva, menos eficiente y más cara.
En cualquier caso, no somos totalmente pesimistas y consideramos que, incuso en los escenarios más adversos, hay salida para el trading de sistemas en los mercados de la UE después de la tasa.
Seguidamente expondremos las características y daremos algunas orientaciones sobre el diseño e implementación de las estrategias que denominamos sistemas anti-Tobin, y en las que nuestra empresa OQM lleva ya trabajando varios meses:
¿A QUÉ LLAMAMOS SISTEMAS ANTI-TOBIN?
Un sistema Anti-Tobin es ante todo una estrategia con elevado BMO (superior a 100$ o 100 € por trade), pero con unas particularidades concretas. Buscamos mantener la “calidad” de las curvas de Equity que nos aportan los sistemas intradiarios pero en una escala de compresión de los datos superior. En definitiva, se trata de encontrar sistemas que hagan menos operaciones que los que trabajan en minutajes pequeños pero que mantengan las relaciones de beneficio/riesgo (ratios de Sharpe, Calmar, etc.) similares. El objetivo es que dichos sistemas se vean poco influenciados por la Tasa a las transacciones financieras, o dicho de otro modo, que el peso de la tasa sobre el beneficio de cada operación sea pequeño en proporción.
A primera vista esta tarea puede resultar sencilla porque, usualmente, la forma más obvia de aumentar el BMO suele ser simplemente dejar que las operaciones duren más tiempo. Sin embargo ese aumento temporal de posicionamiento en el mercado suele traducirse también en un empeoramiento de los ratios de rentabilidad/riesgo, dado que en dichas funciones el denominador suele ser alguna medida de la dispersión de las series temporales y cuanto más tiempo en el mercado más dispersión.
Existen distintas maneras de enfocar el asunto, por un lado podemos tratar de construir sistemas cuyo enfoque sea estrictamente el trabajo en una cartera de activos, hablamos generalmente de las tan conocidas estrategias multimercado tendenciales. Estas estrategias obtienen resultados pobres cuando trabajan solas pero son bastante potentes en una cartera muy diversificada. Lamentablemente tienen el gran inconveniente de necesidades de capital muy elevadas y lo peor de todo, en los escenarios actuales no parecen funcionar demasiado bien.
Debe existir otra manera y efectivamente la hay. Se trata de diseñar sistemas pensando un poco “out of the box” como dirían los anglosajones y haciendo cosas que otros no quieren hacer. No podemos detallarles cómo se diseñan este otro tipo de estrategias pero si podemos mostrar aquí algunos resultados:
A continuación podrán ver un Sistema Anti-Tobin que parte de las siguientes premisas.
La apertura y cierre de cada operación en el FESX tiene un coste
de unos 2€ por contrato (4€ r/t), como en el caso del FGBL.
También se trata de un producto muy líquido y con un slippage
medio para órdenes a mercado y en stop que ronda los 0,2 ticks
(1 tick = 10€). Todo muy parecido al FGBL, por lo que hemos de
añadir otros 4€ por operación cerrada. Volvemos a tener unos
8€ de gasto. No obstante el nominal aquí es muy inferior al del
Bono alemán, con la tasa Tobin, tendremos que abonar al entrar
y al salir el 0,01% del valor nominal del contrato que son unos
25.000€, actualmente. Por consiguiente, en esta ocasión nuestra
tasa Tobin ida y vuelta supondrá unos 5€. Para la primera simulación
hemos adoptado una tasa aún más conservadora de 7€.
Aún así alguno pudiera pensar que podríamos tener aún más
deslizamiento y también hemos incluido un “Peor escenario”
donde directamente se nos realiza un atraco a mano armada y
los costes de entrada y salida se nos van a 30 € r/t.
La apertura y cierre de cada operación en el FESX tiene un coste de unos 2€ por contrato (4€ r/t), como en el caso del FGBL. También se trata de un producto muy líquido y con un slippage medio para órdenes a mercado y en stop que ronda los 0,2 ticks (1 tick = 10€). Todo muy parecido al FGBL, por lo que hemos de añadir otros 4€ por operación cerrada. Volvemos a tener unos 8€ de gasto. No obstante el nominal aquí es muy inferior al del Bono alemán, con la tasa Tobin, tendremos que abonar al entrar y al salir el 0,01% del valor nominal del contrato que son unos 25.000€, actualmente. Por consiguiente, en esta ocasión nuestra tasa Tobin ida y vuelta supondrá unos 5€. Para la primera simulación hemos adoptado una tasa aún más conservadora de 7€. Aún así alguno pudiera pensar que podríamos tener aún más deslizamiento y también hemos incluido un “Peor escenario” donde directamente se nos realiza un atraco a mano armada y los costes de entrada y salida se nos van a 30 € r/t.
Pueden ver claramente a lo que nos estamos refiriendo, aquí los principales estadísticos no se ven muy afectados por una posible tasa a las transacciones financieras, incluso en escenarios muy desfavorables. Y sí, esta estrategia también se está aplicando en real.
EN CONCLUSIÓN
La tasa Tobin afectará de manera evidente al trading de sistemas y, en particular, a aquellas estrategias con un BMO pequeño.
De aplicarse sin matices el porcentaje del 0,01%, no todos los derivados sufrirán por igual el efecto de la tasa. En consecuencia, tendremos que centrar nuestra operativa en aquellos que muestren una relación BMO/gastos más favorable.
El trading de sistemas requiere estabilidad en los históricos. Si la dinámica de los mercados, como es más que probable, muestra alteraciones (menos volumen, más volatilidad, etc.) debido a la tasa esto dificultará los procesos de evaluación y optimización de estrategias.
Posiblemente la tasa acabará con el day trading en Europa. Sin embargo no somos completamente pesimistas; pensamos que es posible diseñar estrategias anti-Tobin que se desenvuelvan razonablemente bien en estos mercados.
Si una cosa es segura, más aún conociendo la abultada pérdida de volumen de la Bolsa de París desde agosto, es que las plazas europeas que se sumen a la tasa perderán competitividad y liquidez frente a otros centros financieros. Seguramente las bolsas asiáticas y estadounidenses serán las más beneficidadas.