Hace poco se ha estrenado una película con uno de los títulos que más miedo ocasionan a los traders de derivados: “margin call”, un título que sin duda inspira a todo aquel que esté en los mercados. Sobre la película en particular no comentaremos nada, ya que para gustos los colores, y no es el objeto de esta tribuna hacer de crítico de cine, que por otro lado creo que sería más bien mediocre ya que la publicidad de los trailers de las películas más taquilleras me suele atrapar, al igual que el resto de la masa, empujándome a ver las películas seguramente con menos calidad y más llenas de tópicos, es por esto, que en materia de cine soy una oveja más.

No obstante, el título de la misma es como para dedicarle un par de minutos a la reflexión mientras se saborea un buen vino o se mira al cielo estrellado, intentando meditar en lo que a fenómenos financieros se refiere.

Todos estamos siendo testigos, de unos años para acá, de un fenómeno que nadie puede negar, el auge de brokers de derivados, en concreto de un productito que aunque pequeñito y en apariencia inofensivo, mucho menos que un futuro como ya se encargan de recordar estos intermediarios o ¿eran creadores del mismo? O ¿Eran contrapartida?, bueno, el caso es que ofreciéndolos en su variedad más hippy, OTC ( over the counter, osease sin un árbitro imparcial que diga si ha habido gol fantasma o no, osease de nuevo, saltada de stop justo o no) (por cierto, ya se está avanzado el tema para que empiecen a cotizar en mercados regulados) están haciendo que los inversores mas añejos se encuentre con una nueva realidad en sus vidas: el margin call.

¿Margin qué? Call por supuesto. Si cortas y pegas las bonitas palabras en un traductor en línea te encontrarás con la palabra, llamada de margen. Aunque no te aclare demasiado esta traducción ya el hecho de ver la palabra llamada te tiene que hacer pensar. ¿Quién te va a llamar cuando tengas una operación abierta? ¿Tu bróker para darte la enhorabuena por lo bien que lo estás haciendo? ¿Aquel chaval tan amable que trabaja en tu intermediario financiero el cual te pica para que hagas algún que otro trade para recompensarte por tu buen trabajo?. No van por aquí los tiros.

Podemos definir el margin call como el requerimiento por parte del broker al cliente que tiene posiciones abiertas para que añada fondos a su cuenta si no quiere que se le cierren las posiciones. Algunos brokers te avisan con anterioridad antes de llegar a ese determinado momento para que pueda darte opción a seguir en el mercado. No obstante, la realidad suele ser otra. Si no estás en pantalla y te has pasado de la raya con tu nivel de apalancamiento, bastará con un simple movimiento del mercado en contra para echarte del mismo. Habiendo saltado tu margin call de una forma automática, ya que la mayoría de las plataformas cierran las posiciones automáticamente sin tener que pedir autorización al traders “apalancado hasta las orejas”.

Por lo nuevo de este tipo de productos en nuestro país son muchos los sustos que los traders, menos conocedores de los productos derivados, están sufriendo día tras día, mientras van aprendiendo que los derivados obviamente no son acciones. No sólo tenemos que acertar en la dirección sino también en el momento. Motivos por los que hombres, normalmente mayores de 50, están entrando en un nuevo mundo para ellos hasta ahora desconocido y siendo empujados al intradía, precisamente atraídos por la curiosidad del intentar saber no sólo el qué está pasando, esto es, hacia dónde va el activo sino también el cuándo , esto es, en qué momento se va a producir.

¿Será esto el fin de una generación hasta ahora acostumbrada a lidiar con los mercados de contado? ¿Será la evolución definitiva del tradicional inversor de acciones?. Sólo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, cuidado con que no tengamos un mal final de película por habernos apalancado más de lo debido.