El Mercado ya no es lo que era.
Seguro que más de uno de los que ahora mismo leen esta columna piensan lo mismo que yo. El mercado ya no es lo que era. Ya no funciona con las mismas reglas. Ha habido un antes y después tras las crisis financiera de 2008. Cuando yo comencé a operar con futuros allá por 2001 las roturas eran limpias, sin apenas ruido. Ahora hasta que se produce el movimiento correcto, la explosión de volatilidad, la gran vela que rompe al alza o a la baja con mucho rango y volumen, pueden pasar horas. O días. Y todo ello envuelto en ruido, misterio y falsas roturas.
Posiblemente la respuesta a esto se encuentre en el advenimiento de las máquinas al mercado. Sí, ya lo sé, las máquinas siempre han estado en el mercado, desde la revolución de las telecomunicaciones e Internet a mediados de los noventa. Pero el grado de sofisticación al que hemos llegado, y que posiblemente esté haciendo que el mercado sea quizás demasiado eficiente, no tiene precedentes. Hemos pasado de analistas técnicos y fundamentales que trataban de predecir el mercado (¿alguna vez lo lograron?) a auténticas máquinas de guerra que diariamente libran batallas en el mercado, compitiendo entre sí por explotar ineficiencias que pueden durar ¡microsegundos! De hecho no me extrañaría nada que muchos de los desarrollos que actualmente están funcionando en el mercado estén basados en tecnología militar (no sería la primera vez: muchos inventos del siglo XX han nacido así).
El trader del futuro ya no deberá preocuparse tanto de conceptos tales como tendencia, MACD o doji. En su lugar, pensará en términos de latencia, buscará ineficiencias generadas por algoritmos y será un especialista en programación que realiza trading de alta frecuencia sobre la base de estrategias desarrolladas trabajando con datos de mercado de alta calidad. No en vano, algunos artículos de este número de Hispatrading Magazine apuntan en esta línea.
Sin embargo, esta fuerte presencia de máquinas en el mercado plantea varias cuestiones. Por un lado, ¿hasta qué punto es positivo? ¿Contribuyen realmente a mejorar la eficiencia del mercado, pudiendo incluso alcanzarse un punto en el que sea prácticamente imposible obtener beneficios por encima de la media del mercado? Mucho me temo que no. O si no piensen en lo sucedido el 6 de Mayo de este año, el conocido “flash crash”. Desde luego lo que paso ese día muestra hasta qué punto podemos perder la eficiencia y la lógica en los mercados cuando varias máquinas sin control reaccionan simultáneamente. El problema es que en los medios no se menciona que a menudo tenemos algún suceso de este tipo en algún valor cotizado en las Bolsas estadounidenses. Afortunadamente en el excelente blog ZeroHedge.com se encargan de recordárnoslo. Si no me creen miren lo que pasó el pasado 7 de Octubre en las acciones de Adobe. Algo debió de fallar en alguna de las redes electrónicas donde se negocia este valor, de tal forma que subió y bajó un 11% en tan sólo unos minutos. Pero si buscan en esa web verán que ha habido una veintena de eventos como éste desde el 6 de Mayo y que nadie ha mencionado.
Por otro lado, ¿y si en lugar de aumentar la eficiencia, simplemente distorsionaran el verdadero valor de los activos financieros? ¿Hasta qué punto pueden ser incompatibles el objetivo original del mercado (que no es otro que valorar un bien en base a las leyes de la oferta y la demanda) y la explotación de una ineficiencia? Recordemos que al robot que opera en el mercado, lo único que le “preocupa” es seguir las reglas que ha fijado su programador. Le da igual si el EBITDA de una compañía es mejor de lo esperado o si un nuevo plan de Obama puede reactivar la economía. Simplemente rastrea, encuentra y ataca, todo en cuestión de milisegundos. Y si para forzar un determinado comportamiento es necesario aumentar volúmenes de oferta y demanda de manera artificial, pues se hace. En definitiva, aquí todo vale.
En estas condiciones el trader particular, ese que se levanta y opera en pijama, se convierte en poco menos que una imagen del Pleistoceno. Luchar contra este entorno de mercado usando líneas de tendencia, medias móviles y recuentos de ondas es como tratar de derribar un avión de combate usando un tirachinas. Es importante que reflexionen porque esto no ha hecho nada más que empezar. Estamos en una nueva etapa de mercado y hay que adaptarse. Quien no lo haga, probablemente estará condenado al fracaso en el trading.