La potencia de la Encuesta Manufacturera Empire State de Nueva York.

Conocer un poco los fundamentos del indicador Empire State puede sernos de utilidad a la hora de interpretar sus resultados 

Hemos comentado los últimos meses diferentes indicadores adelantados de actividad, útiles para tratar de averiguar hacia dónde se mueve la actividad manufacturera de Estados Unidos (que como comentamos, aunque ya no es tan importante como en otros tiempos, en 2009 supuso un 11% del PIB). Por manufacturas entendemos cualquier transformación de materias primas en productos terminados: es decir, cualquier proceso de producción industrial o fabricación.

Por ahora hemos comentado dos indicadores: el ISM manufacturero, que es un índice global, y el PMI de Chicago, indicador muy interesante para tratar de predecir el ISM y, por su calidad como muestra, la economía estadounidense. Hoy presentamos un nuevo índice para tratar de predecir la actividad manufacturera: el Empire State, de la Fed de Nueva York.

Este indicador se publica desde julio de 2001. Desde su creación, el valor máximo que ha tomado ha sido de 40,57, en febrero de 2004. El mínimo lo realizó en marzo de 2009, en el -32,29. Su lectura es extremadamente sencilla: niveles por debajo de 0 indican contracción, por encima de 0, expansión. No obstante, debemos tener cuidado en sus lecturas: es un índice tan volátil que puede desplazarse del negativo al positivo en cuestión de un mes. En el gráfico podemos observar una prueba de dicha volatilidad: el Empire se va moviendo en dientes de sierra alrededor del ISM.

La construcción de este indicador es bastante parecida a la de otras encuestas de actividad. De hecho, la encuesta que emplea se tomó prestada de la Fed de Filadelfia. Así, la Fed de Nueva York, envía un cuestionario a unas 250 empresas del estado de Nueva York con más de 100 empleados o unas ventas superiores a los 5 millones de dólares. Normalmente reciben cada mes unas 100 encuestas de vuelta. Los resultados se publican el día 15 de cada mes o, si ese día es festivo, el siguiente laborable. Podemos consultar el informe en esta dirección de internet: http://www.newyorkfed.org/survey/empire/empiresurvey_overview.html.

El cuestionario que se envía a las empresas consta de dos partes. Una en la que se pregunta por las condiciones actuales y otra por las perspectivas a 6 meses. El indicador principal es el de condición actual, si bien no está de más comprobar cuáles son las perspectivas. Además de las condiciones generales de la economía, se realizan otras preguntas que forman los diferentes subíndices. Los subíndices son, el de nuevas órdenes, el de envíos, el de órdenes no enviadas, el de tiempo de entrega y el de inventarios. Se calcula además un subíndice de precios pagados, uno de precios recibidos, y dos de empleo. Como ocurría en el caso del ISM o del PMI, es importante estudiar estos subíndices. Depende de lo que más preocupe al mercado en cada momento, reaccionará de una manera o de otra.

Por ejemplo, actualmente se presta mucha atención a los indicadores de precio y de empleo. Debemos tener siempre en cuenta que al igual que un solo indicador en sí mismo jamás debería ser condición para tomar una decisión, muchas veces veremos incongruencias entre los diferentes subíndices de los diferentes indicadores de actividad. Encontrar cuál tiene razón y cuál se equivoca no es la labor que debe preocuparnos, sino la de hacernos una idea global con los diferentes medios a nuestro alcance.

Una forma de saber cuáles son los indicadores a tener más en cuenta la podemos tomar de las actas de la Fed. En ellas podremos encontrar qué es lo que más preocupa a los miembros en cada momento, que es también lo que nos debe preocupar a nosotros en base a determinar el escenario de tipos de interés.

En cuanto a la metodología, las empresas participantes en el cuestionario pueden responder a las diferentes preguntas si creen que las condiciones son mejores, peores o iguales que en el periodo pasado. Para cada indicador, la Fed de Nueva York resta el porcentaje de los que señalan peores condiciones de los que señalan mejores condiciones. Es por ello que un indicador positivo significa que el porcentaje de los que han respondido que las condiciones han mejorado es superior al de los que piensan que han empeorado. Este resultado, antes de publicarse, es ajustado estacionalmente. Este tipo de ajuste es esencial cuando estudiamos indicadores que miden actividades como la manufacturera, muy afectada por los ciclos estacionales, como por ejemplo aumentos o disminuciones de la demanda en las vacaciones.

Como ventaja fundamental del Empire podemos subrayar que es de los primeros indicadores adelantados que se publican, lo que permite utilizarlo, al igual que el PMI de Chicago o la Fed de Filadelfia, como indicador del ISM. Así mismo, el índice Empire puede utilizarse como predictor del PIB (como podemos ver en el segundo gráfico), siempre y cuando tengamos en cuenta sus inconvenientes.

El índice Empire tiene también varios inconvenientes. El principal es su alta volatilidad. Ello hace esencial calcular medias trimestrales para poder tratar de predecir movimientos de la industria manufacturera. Por otro lado su histórico no es muy largo, lo que en cierto modo le resta puntos como indicador predictivo. Finalmente, muchos agentes del mercado ignoran este indicador, al considerar que no añade mucho a otros indicadores similares.

Si vemos el gráfico adjunto, muestra el intradiario del Dow Jones un día en el que se esperaba un Empire de 14,0 y el resultado publicado en la apertura fue de -11,1. Como vemos, el mercado no le da ninguna importancia.
Otros señalan que el estado de Nueva York no es una muestra suficiente de las manufacturas de Estados Unidos (actualmente aporta un porcentaje inferior al 10% al resultado del PIB del estado). Sin embargo, opinar así es, desde mi punto de vista, un error. Rechazar un indicador que guarda una correlación tan importante con el ISM (superior al 80%) es, al fin y al cabo, negarnos un instrumento más a nuestro favor. Es más, el hecho mismo de saber que no es un indicador muy seguido debería ser un argumento más a favor de usarlo. Al fin y al cabo, como dijo Kostolany, lo que todo el mundo sabe en el mercado, a mí no me vale. Por ello, lo importante en el uso de estos indicadores es poder adelantarnos a lo que el mercado cree que va a ocurrir.

Debemos tener en cuenta que el mercado ajusta con mucha precisión y en muy poco tiempo (en ocasiones cuestión de segundos) los resultados de los indicadores macro. Un estudio de Pierce y Roley, que examinaba el tiempo de respuesta del mercado a los eventos económicos inesperados, demostraba que el ajuste se realizaba en el mismo día. Por ello es fundamental, si queremos operar en base a los datos macro, adelantarnos al resultado y tener una opinión que difiera del consenso. Cuanto menos personas utilicen nuestros mismos métodos, mayores serán nuestras posibilidades de no estar con el consenso, y por tanto mayor nuestro riesgo (y por ello, nuestra rentabilidad potencial).