Veremos en los siguientes números algunos indicadores que se adelantan a las tendencias del consumo: indicadores adelantados y reales. Veamos hoy uno perteneciente a este último grupo.

En el número anterior subrayamos la enorme importancia del consumo, especialmente en el caso de Estados Unidos, donde representa en torno al 70% del PIB estadounidense. Así, un incremento en torno al 1% del gasto personal en Estados Unidos se traduciría, ceteris paribus, en un aumento en torno al 0,6% del PIB total.

Así, a lo largo de los próximos números mostraremos algunos de los indicadores que adelantan las tendencias y el estado de salud del consumo estadounidense. En este sentido, podemos hacer una distinción entre indicadores adelantados e indicadores reales. Los ingresos personales, por ejemplo, se encontrarían dentro de los indicadores reales.

Como ya comentamos, de acuerdo a la teoría, los factores que más influyen en el consumo son los siguientes: los ingresos, la inflación, los tipos de interés, el crédito, el patrimonio total y factores sociales.

Los ingresos tienen una relación positiva con el nivel de consumo. Intuitivamente, uno podría asegurar que cuanto mayor sea el nivel de ingresos, mayor será el gasto personal. De hecho, la correlación que existe entre la evolución interanual de ambas series desde 1990 es muy alta, superior al 83%.

Por otro lado, las expectativas de ingresos también influirán en las decisiones de consumo. Así, aunque los ingresos actuales sean bajos, si las perspectivas son de un aumento, el consumo se verá beneficiado.

En Estados Unidos el dato de ingresos se publica mensualmente, junto con el consumo privado (que vimos en el número anterior). El dato publica información con dos meses de retardo, el primer día laborable del mes, a las 14:30 hora española. El factor de revisión es alto (se revisan los tres meses anteriores). Así mismo, en junio se realizan ajustes que suelen afectar los cinco últimos años de la serie. La entidad encargada de este dato es el Bureau of Economic Analysis (ww.bea.gov).
Las principales partidas del dato de ingresos son los ingresos personales y los ingresos disponibles.

Los ingresos personales son la suma de los ingresos percibidos a nivel personal desde cualquier fuente, normalmente sueldos y salarios, pero también incluirá rentas, intereses, dividendos y las transferencias (por ejemplo ayudas de la seguridad social o donaciones).

Por su parte, bajo el epígrafe ingresos disponibles encontramos los ingresos personales tras la deducción de impuestos personales directos y las transferencias al extranjero.

La interpretación general de estos datos debe tener en cuenta principalmente el crecimiento sostenible de los ingresos reales. Un aumento demasiado rápido podría generar presiones inflacionistas. Por supuesto, un descenso tendría un impacto negativo en el consumo.

Por componentes, destacan los ingresos salariales, los derivados del trabajo autónomo, intereses y dividendos y los impuestos.

En cuanto a los ingresos salariales, son los que mayor incidencia tienen sobre el consumo. Para un mejor seguimiento, cabe cruzar los datos mensuales de la BEA con los de empleo, especialmente los de horas trabajadas y los salarios. Estos ingresos vienen desglosados por sectores, de los que destacan el manufacturero y el sector servicios. Es interesante comprobar estos datos con la evolución de los ISM, buscando posibles divergencias o presiones inflacionistas.

Por otro lado, los ingresos de los trabajadores autónomos tienen un importante vínculo con el PIB y por lo tanto, es un excelente indicador de la salud en general de la economía. Aparecen divididos principalmente entre ingresos agrícolas y no agrícolas. Un ejercicio también interesante es el de buscar posibles divergencias entre indicadores de crecimiento adelantado (ISM, Fed de Filadelfia, Empire) y estos datos, así como con el indicador NFIB de confianza de las PYMEs.



Consumo e ingresos (fuente: Datastream y Cortal Consors).
Los intereses y dividendos dependen, por supuesto, de los beneficios empresariales y tienen por tanto también un importante vínculo con la economía. En este sentido cabe añadir a estos ingresos los derivados por el alquiler de vivienda.

Finalmente, los cambios en las tasas impositivas tienen un efecto notable sobre los ingresos y por tanto, sobre el consumo. El alcance del mismo dependerá tanto de la naturaleza del cambio como del montante final, pero baste indicar en este sentido, que de acuerdo con nuestros modelos, mientras un recorte del gasto público del -1,0% supondría una reducción del PIB en torno al -0,3% en los siguientes dos años, un aumento de los ingresos públicos a través de impuestos del +1,0% apuntaría a una reducción del PIB del -1,3% en dos años. Así pues el negativo efecto es menor si el ajuste se realiza vía gasto público, y no aumento de impuestos.

Una vez conocido el dato de ingresos y el de consumo, se calcula el de ahorro personal, al que por su importancia, dedicaremos un artículo completo en números futuros. Cabe destacar por ahora la importancia del ahorro personal como porcentaje de los ingresos personales disponibles.