Las Sicav han sido tradicionalmente el vehículo de inversión elegido, por aquellos que disponían de capital suficiente para su creación, para realizar inversiones. Ram Bhavnani nos dará su opinión sobre las mismas y nos hablará de su Sicav estrella: Kalyani.
La primera vez que oí hablar de las Sicav (en aquella época se llamaban SIM, Sociedades de Inversión Mobiliaria) fue a través de mi ahora gran amigo Javier Guinovart. A principios de 1.987 él comenzaba a trabajar en la Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva del Banco Zaragozano. Recuerdo la primera vez que vino a verme al bazar de la empresa en donde vendíamos toda clase de ropa. Me habló sobre las bondades de ese nuevo vehículo, y no tardamos mucho en decidir constituir una SIM.
Entonces, el mínimo para crear una eran 200 millones de pesetas, y no disponíamos de esa liquidez, pero aportando algunos activos y, como siempre, con dinero prestado por el mismo Banco Zaragozano, se pudo constituir la primera Sicav en donde invirtió Casa Kishoo, y que todavía existe: Bombay Investment Sicav
Por supuesto, me interesaron mucho las ventajas fiscales de las Sicav, pero sobre todo me gustó la autonomía en la toma de decisiones. A principios del 87 también me plantearon la posibilidad de entrar, por ejemplo, en fondos de inversión, con similares ventajas fiscales. Sin embargo, siempre me ha gustado ser yo el que toma las decisiones, y en los fondos no existe esa posibilidad. El lunes negro de octubre de ese año me demostró que los gestores de fondos tampoco tienen una bola de cristal…
Durante los siguientes 20 años creamos algunas Sicav más, pero las grandes operaciones bancarias las hicimos fuera de ellas, ya que las Sicav tienen restricciones en ese sentido. Sin embargo, a finales de los 90 nació Kalyani, que fue el vehículo sobre el que hemos montado la nueva estrategia inversora de Casa Kishoo desde los acontecimientos de 2008.
En los últimos años, Kalyani no ha parado de crecer. De hecho, de entre las 10 mayores Sicav de España, es la segunda más rentable en los últimos 3 años (casi un 30% de rentabilidad acumulada en ese periodo) y hemos conseguido ganar todos los años, incluso en 2011. Además, tenemos el mejor ratio de Sharpe de entre esas 10 grandes, lo que significa que la volatilidad de nuestros resultados es pequeña en relación con nuestra rentabilidad. Es lo que buscamos en Kalyani: rentabilidades interesantes con un riesgo muy controlado.
Esta rentabilidad la hemos conseguido invirtiendo sobre todo en renta fija muy diversificada, con un retorno medio en torno al 5%. Los bonos españoles nos han dado muchas alegrías en este sentido, y además del aspecto económico me satisface haber confiado en un país que me ha tratado tan bien. Por otro lado, en renta variable nunca invertimos más del 25%, intentando ganar un extra de rentabilidad seleccionando buenos valores.
Quiero hacer hincapié en que, en mi opinión, la principal ventaja de una Sicav no es la tributación, que al fin y al cabo es similar que la de un fondo de inversión: permite diferir el pago, pero cuando sacas el dinero tributas igual que cualquier otra plusvalía. Para mí, la principal ventaja es su flexibilidad, no sólo a la hora de elegir a un gestor y poder consensuar la estrategia de inversión, sino también respecto a poder negociar las comisiones, y eso para mí es esencial. Los fondos de inversión suelen ser caros, y las comisiones de gestión y depósito erosionan la rentabilidad a largo plazo. Por supuesto no se puede generalizar, hay gestores de fondos que consiguen buenas rentabilidades y por los que vale la pena pagar esas comisiones.
Las sicav tienen mala fama porque se cree que son un instrumento exclusivo de los ricos, pero en la práctica cualquiera puede invertir en una Sicav de las cientos que cotizan en el mercado alternativo bursátil, no tiene más que acercarse a su banco o bróker y decirle que quiere comprar participaciones. Nosotros en Casa Kishoo no comercializamos activamente Kalyani, pero yo personalmente estoy encantado de que cualquier pequeño inversor a quien le parezca interesante pueda entrar y aprovechar este vehículo. En este sentido, creo que debería verse a las sicav cotizadas como un instrumento útil para el pequeño inversor, porque amplía las alternativas a su alcance. Todas ellas ofrecen liquidez y una atractiva fiscalidad, que son dos de las características a estudiar en una inversión. Las otras dos son, por supuesto, la rentabilidad y la volatilidad-riesgo.
No obstante, a alguien que invierta en una Sicav sin formar parte del equipo gestor le pasaría lo mismo que en un fondo de inversión: no podrá gestionar activamente su dinero. Por eso aplaudo la iniciativa del gobierno, que según parece estudia la posibilidad de crear la llamada “Sicav de los pobres” o mejor dicho, de las clases medias. Según parece, si sale adelante este proyecto, un pequeño ahorrador podría gestionar su dinero activamente dentro de una misma cuenta, y disfrutar de una fiscalidad diferida exactamente igual que en un fondo o una sicav. Esto haría que gente con buena cultura financiera y capaz de gestionar sus ahorros, que ahora tiene que elegir entre tributar las plusvalías al tipo marginal o bien poner su dinero en manos de otros, tuviera una buena alternativa.