La relación que se ha dado siempre entre la testosterona y el riesgo ha sido una constante en todos los estudios que se han realizado sobre la materia. Por ejemplo, uno de la Booth School de Chicago ha observado que las mujeres con más testosterona arriesgan más en las finanzas, y también llegan más lejos profesionalmente.
Las investigaciones anteriores habían demostrado que la testosterona promueve la competitividad y la dominación, reduce el miedo, y está asociada con comportamientos arriesgados como las apuestas y el consumo de alcohol. “En general, las mujeres tienen más aversión al riesgo que los hombres cuando toca tomar decisiones financieras, lo cual puede influir en la elección de sus carreras”, señala Paola Sapienza, profesora asociada de la Kellogg School of Management de la Northwestern University, otra de las participantes en la investigación. “Por ejemplo, en nuestra muestra, el 36% de las estudiantes de MBA optan por la banca de inversión o la Bolsa, frente al 57% entre los hombres.
Por eso investigaron si la testosterona, más abundante en los metabolismos masculinos, tenía algo que ver; descubrieron que entre las mujeres, mayor presencia de testosterona estaba vinculada con mayor apetito por la aventura, y que los hombres y mujeres con la misma cantidad de dicha hormona tenían similar afición al riesgo. Eso sí, entre los hombres ya no influía tener más o menos testosterona. Estos datos concuerdan con los efectos estudiados de la testosterona en cognición espacial, señala Dario Maestripieri, Profesor de Desarrollo Humano Comparado de la Universidad de Chicago.
No obstante, parece que esto de la actividad en los mercados financieros al final sí va a tener un componente más químico del que pudiéramos creer en un primer momento. Y es que recientemente un estudio de la Universidad de Alicante, de nuevo, ha vuelto a incidir sobre este asunto. En un estudio en el que participaban voluntarios, no profesionales de los mercados financieros, en un entorno de laboratorio en el que se recreaba el contexto de los mercados financieros. Al suministrar Cortisol y Testosterona a los voluntarios, según palabras de Fernando Cueva, uno de los profesores que han participado en el estudio “Los resultados fueron sorprendentes. Aumentó un 70 por ciento en acciones de alto riesgo tras darles cortisol, y entre un 40 y un 50 por ciento tras darles testosterona”.
¿Estaremos predeterminados a reaccionar de una determinada forma desde nuestro nacimiento? Si no predeterminados, desde luego, según estudios como estos, sí hay un fuerte componente que parece poco o nada podemos controlar.