La creciente popularidad del mercado de divisas, entre los inversores privados, hace que a diario un solo sujeto tenga que enfrentarse a las mismas decisiones que un equipo de cualquier dealing room institucional. ¿Cuáles son las diferencias que vuelcan las probabilidades de éxito del lado institucional? El interés por la actividad de trading en mercados financieros y muy en concreto por el trading de divisas es cada vez mayor. En países como Estados Unidos y Japón se lleva realizando a nivel particular desde hace ya un tiempo considerable, se podría decir que prácticamente desde que comenzó este mercado  en los años 70 del siglo pasado. En EE UU se entiende esta proliferación de traders privados  por ser un país propicio para este tipo de actividad gracias a la desregulación en el ámbito financiero y en Japón, además de por esa misma razón, por ser una economía  muy dependiente del tipo de cambio de su divisa y por tanto esta experiencia se transmite al resto de la sociedad. En Europa en general y concretamente en España se podría decir que el trading de divisas realizado por particulares es algo nuevo, está en sus comienzos  y, eso sí,  tiene un gran recorrido todavía por delante. El interés en cualquier caso no para de crecer y lo puedo constatar en los seminarios, charlas y conferencias que sobre este tema imparto con XTB. Cuando dejé de trabajar en el Banco Santander, no tenía noticia de que  existiese tanta demanda por parte de particulares para conocer y formarse en  los entresijos del forex. De hecho, mi idea que coincidía con la de la mayoría de los que nos hemos dedicado profesionalmente a estos menesteres era que el mundo del trading de divisas se circunscribía al ámbito institucional. ¿Quién puede tener interés en algo tan complejo?  Nada más lejos de la realidad. A medida que he ido conociendo a diferentes traders privados en seminarios y conferencias también he ido percibiendo que la aproximación de cada uno de ellos es bastante desigual. Es cierto, que una inmensa mayoría se limitan al análisis técnico en sus diferentes modalidades, pero incluso dentro de esta forma de hacer trading, las diferencias son extremas, desde el que busca el sistema cuantitativo que le lleve al éxito hasta el que hace una interpretación chartista, pasando por los fans de los indicadores o estudios y los que se atreven a desarrollar sus propios sistemas de análisis técnicos. Si ya de por sí es complicado o mejor dicho complejo el universo del mercado de divisa, creo que no ayuda nada el complicarlo más adentrándose en el desarrollo o estudio de proyectos de análisis técnico no contrastados y de éxito incierto. Aunque a muchos les pueda sonar extraño, en lo institucional se diferencia de manera clara y precisa  al trader del analista, sobre todo el técnico. Un analista técnico no es un trader. ¿Por qué? Porque el análisis debe ser lo más imparcial posible y quien tiene posiciones abiertas de riesgo no es de ninguna manera objetivo y cualquier análisis estará sesgado a su visión de mercado. En el mundo institucional, el de las tesorerías de los bancos o el de los hedge funds la realidad es bien diferente y creo que habría que tenerla en cuenta porque si bien es cierto que la medición del riesgo y por tanto la posibilidad de aguante en posiciones con pérdidas es superior, el  éxito en su gestión es también muy alto. En primer lugar habría que resaltar una diferencia básica que es la de que en una tesorería la gestión no la lleva un solo trader sino un equipo de gestores y colaboradores. Dentro de los colaboradores están los analistas, tanto técnicos como fundamentales. De esta forma se puede diversificar el riesgo porque la manera de adentrarse en el mercado no es única, eliminado con ello la concentración del riesgo en una solo estilo de trading. Un trader individual también puede hacer lo mismo, no es necesario tener un equipo para diversificar. Pero difícilmente logrará hacerlo quien lo que quiere conseguir es todo lo contrario, es decir, encontrar el método único e infalible de trading que, como comento en mi libro Aproximando el Mercado de Divisas al Inversor, sencillamente ni existe ni existirá. En las reuniones matutinas diarias de una sala de trading, se presentan los eventos y noticias económicas fundamentales por parte de los economistas que a ello se dedican, dándole una interpretación de la posible repercusión que éstas pueden tener en los mercados. En esta discusión intervienen todos. Por otro lado, los analistas técnicos muestran los diferentes escenarios posibles sin influir de manera decisiva con sus propias opiniones en temas direccionales. El analista técnico institucional habla de niveles no de direcciones y de posibles escenarios alternativos. Se utiliza normalmente un análisis técnico chartista lo mas simplificado posible. Son luego los traders quienes plasman todo esta información en decisiones de trading diversas y cuya variedad dependerá sobre todo de los diferentes horizontes temporales que cada cual tenga.  Se puede dar el caso y de hecho se da de manera habitual que se tengan posiciones opuestas dentro de una misma tesorería sin que este hecho sea un obstáculo para obtener un resultado positivo de manera sostenida. Se diferencian por tanto en el libro de posiciones, las que son estructurales cuyo objetivo es más ambicioso y por tanto, en principio, se necesitará mayor tiempo para alcanzarlo y las tácticas que intentan rentabilizar movimientos de más corto plazo, incluso intradiarios. Hace algún tiempo la especialización de los traders era absoluta, eran los tiempos donde había más divisas. Posteriormente con la entrada del euro y principalmente por la globalización de los mercados, el trader de divisas institucional es un trader más global. Para poder tener una opinión del mercado es necesario estar informado de lo que hacen todas las divisas así como otros mercados financieros como el de materias primas, renta fija y renta variable. En resumen, dentro de las instituciones que se dedican al trading, se desarrolla una actividad en donde la figura del trader se diferencia de manera nítida del analista, cuya principal misión es la de interpretar la información recibida, no analizarla, y mediante un control de riesgo estricto plasmarlo en toma de decisiones de inversión. Se opone frontalmente a lo que normalmente hacen los traders privados ya que en este caso son ellos los que hacen el análisis, en su inmensa mayoría técnico, muy pocos tienen en cuenta variables fundamentales, y toman las decisiones.  Mediante esta forma de aproximarse al mercado se corre el grave riesgo de entrar en círculos viciosos de los que difícilmente se pueden salir por la sencilla razón de que la metodología no se modifica nunca  y el sesgo subjetivo está siempre presente. La diversificación de métodos intentando adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes del mercado  y el tener en cuenta el máximo de variables posibles a la hora de hacer trading es el reto pendiente de los traders privados.