Utilizando la fuerza del RSI a nuestro favor.

La utilidad de un oscilador viene determinada por un buen conocimiento de las condiciones llamadas “sobre compra” y “sobre venta”.

J. Welles Wilder fue quien desarrollo en 1978 el Indicador de Fuerza Relativa o RSI (Relative Strength Index)

Este artículo explica diferentes maneras de abordar el RSI: Índice de Fuerza Relativa (Relative Strength Index), que es capaz de ofrecer una gama de señales de compra – venta con mucha más riqueza informativa de la que normalmente se reconoce. Muchas de estas señales son conocidas pero no siempre debidamente contextualizadas.

El objetivo del presente estudio es capacitar al lector para distinguir qué aspectos del RSI son importantes en cada fase del mercado, y también alertarle de que su utilización a ciegas puede llevar a resultados mediocres. Para empezar, he aquí algunas pinceladas sobre su origen y cómo se calcula el RSI.

Su origen y cálculo

El RSI fue desarrollado por Welles Wilder en la década de los 70. Se trata de un oscilador de velocidad que compara la magnitud de los incrementos de las últimas sesiones con la magnitud de sus decrementos recientes. A diferencia del indicador de Fuerza Relativa Comparada (Comparative Relative Strength), que comprara el desempeño de un instrumento con otro, el RSI mide la fuerza interna de un instrumento contra su mismo desempeño.
La periodicidad recomendada por Wilder es de 14 días. El autor lo justificó como la mitad de un ciclo lunar de 28 días (Pring). No obstante, existen otros ciclos, además del lunar, que pueden volver inapropiada la parametrización en 14 sesiones. Conviene en este caso, sobre todo si se utilizan análisis de ciclos, establecer su duración de antemano para calibrar el RSI de forma acorde.
La sencilla formula que convierte la acción del precio en un número entre 1 y 100, es la siguiente:
RSI = 100 – (100 / 1 + RS)
En donde:
RS = Promedio de x sesiones de cierre en incremento / Promedio de x sesiones de cierre en decremento
Incremento medio= [(incremento medio anterior) x 13 + incremento actual] / 14
Primer incremento medio = Total de incrementos de las últimos 14 sesiones /14
Decremento medio= [(decremento medio anterior) x 13 + decremento actual] / 14
Primer decremento medio = Total de decrementos de las últimos 14 sesiones /14
Nota: los decrementos se anotan como valores positivos.

Detectar la sobre valoración

La utilidad de un oscilador viene determinada por un buen conocimiento de las condiciones llamadas “sobre compra” y “sobre venta”.
Cuando el precio de un instrumento sube, el RSI se muestra como una línea en fuerte ascenso, pasando por encima del punto medio 50 y apuntando en dirección norte hacia el 100. Por el contrario, si la cotización cae, la misma línea se hunde hacía el valor 0.

Cuando el valor de RSI supera el 70, Wilder considera que el instrumento en cuestión está en sobre compra. A la inversa, cuando se hunde el valor de RSI por debajo del 30, se estima que el instrumento está sobre vendido. Si bien estas son las recomendaciones de su diseñador, los analistas técnicos frecuentemente ajustan los niveles de sobre valoración según las condiciones de mercado.

Sabiendo que el RSI muestra al inversor si la acción del precio es provocada por aquellos que la están sobre comprando o sobre vendiendo, el inversor puede optar por reajustar los parámetros del indicador a 80 y 20, si el instrumento en cuestión tiende a manifestar un comportamiento de extremos. Este ajuste permite no disparar el gatillo de forma precipitada cuando se trata de decidir si comprar o vender un instrumento en una condición extrema.

La fórmula antes expuesta intenta vencer dos problemas relacionados con la construcción de osciladores.

En primer lugar, los movimientos erráticos causados por una aceleración repentina del precio. El RSI suaviza estas distorsiones suprimiendo los valores extremos en el cálculo (a diferencia de lo que sucede con el ROC, por ejemplo).

En segundo lugar, la necesidad de tender una banda de valores constante – en este caso entre 1 y 100 – que facilite llevar a cabo comparaciones (a diferencia de un indicador abierto como el MACD, por ejemplo).

Temporalidades

Es importante notar que la magnitud de las oscilaciones del RSI son inversas a la mayoría de indicadores de velocidad. El ROC (Rate of Change), por ejemplo, mostrará fluctuaciones superiores en temporalidades más altas. En cambio, es en minutajes más bajos que el RSI mostrará oscilaciones más salvajes. En estos casos, es frecuente ver como operadores que utilizan esta herramienta reducen la periodicidad del indicador a 9 sesiones, ajustando también los baremos a 80/20. Esta facilidad de ajuste demuestra que las señales del RSI son ajustables a las diferentes temporalidades para lograr una mayor sensibilidad. Siguiendo el mismo principio, ajustes de tipo 65/35 requieren por ende una periodicidad de 60 sesiones o superior (Pring).

El punto de equilibrio

Para quienes utilizan el RSI, el equilibrio entre los promedios de ganancias y pérdidas en una cotización se encuentra en un punto equidistante entre los dos valores extremos 0 y 100, representado por el nivel 50.

Hay quienes argumentan que las señales que se obtienen cuando el RSI cruza la línea mediatriz, en la misma dirección que la tendencia predominante son más fiables que los cruces de los extremos 70 y 30 en contra de la tendencia. Pero no todos los cruces de la línea mediatriz tienen la misma calidad. Para operar en base a cruces del nivel 50, es conveniente esperar a que el valor se dispare a las cercanías de la sobre compra (en un contexto alcista) y que retroceda por debajo del nivel 50, mientras el precio registra una corrección. Es sólo cuando se observa un pullback y cruce por encima de 50 (o un throwback en un contexto bajista) que tendríamos la señal de compra/venta.
Para alcanzar señales más fiables con el RSI, es recomendable utilizarlo como una confirmación de otro indicador, en lugar de utilizarlo de forma aislada. Ver figura 1.

Fig 1: Señal de venta en AUD/USD 9/08/2010 en 4H-gráfico por cortesía de Teletrader Software AG

En este ejemplo, la combinación de un MACD más lento (36,91,18) con un RSI más sensible (9) resulta en un método de seguimiento de tendencia muy preciso para capitalizar en pullbacks. El RSI confirma la señal que está emitiendo el MACD.
Otras combinaciones, como los tándems RSI-Media Móvil o RSI-Estocástico, pueden resultar beneficiosas para capturar determinados movimientos en el precio.
Es bien posible que estas ingeniosas aplicaciones del RSI se hayan desarrollado como una manera de superar los intentos, muchas veces frustrantes, de vender un valor cuando entra en sobre compra o comprarlo cuando entra en sobre venta. De hecho, siendo un oscilador, este indicador tiene fama de sólo ser útil en mercados paralelos (sin tendencias pronunciadas). No obstante, como veremos en seguida, el RSI también puede aportar mucha información en un contexto de tendencia.

En casos de tendencia

Muchos operadores, desconociendo la naturaleza y el cálculo del RSI, tienden a liquidar posiciones de compra cuando el RSI se encuentra en territorio superior a 70, o a hacer lo mismo en posiciones de venta a cada excursión del RSI a la zona inferior a 30. Esta acción no es necesariamente la más astuta. La línea del RSI puede dibujar un descenso sin que el precio haya bajado. Por consiguiente, el RSI puede salirse de su territorio de sobre compra sin que haya siquiera una reversión significante en el precio. Esto sucede porque un movimiento lateral en el precio mengua el Incremento Medio contenido en su fórmula, permitiendo que su curva se tome un respiro cerca del punto de equilibrio.

La primera cosa que debemos tener en cuenta es que los rangos trazados por el RSI deben ser ajustados a la fuerza de una determinada cotización cuando ésta se encuentra en tendencia. Por ejemplo, en un contexto alcista, los rangos deberían estar entre 40 y 90, mientras que en un contexto bajista estos generalmente se situarán en los 20 y 60. No obstante, se recomienda hallar los rangos específicos para el instrumento y temporalidad que se vayan a analizar.
Equipado con esta información, el operador astuto no espera a ver un RSI en 30 durante una fuerte subida de precios. Tampoco espera un cambio de dirección en un mercado alcista hasta que el RSI no muestre dificultades en superar el nivel 90.
Siguiendo la premisa no siempre acertada de que los valores de sobre valoración son sinónimos de extenuación, operadores sin experiencia entran posiciones cortas cuando el indicador sobrepasa el 80 y posiciones largas cuando el RSI se sumerge por debajo del 30. Este método puede alcanzar cierta fiabilidad si el mercado se encuentra en un rango lateral. Pero si éste muestra una clara dirección, el intento de operar contra la tendencia suele tener como consecuencia que el mercado se lleve la victoria. Un RSI que continuamente se encuentra en el rango 60 o 70 indica que los precios de cierre están, en su mayoría, cerca de los máximos de las sesiones calculadas. ¡Esto es una clara definición de lo que es una tendencia y una confirmación de que su fuerza sigue intacta!
Estos ajustes en los niveles de sobre valoración permiten al analista memorizar el comportamiento de un determinado gráfico, tanto en situaciones de tendencia como en situaciones de rango. Una ruptura de dichos niveles lleva al analista a preguntarse si el precio está rompiendo un umbral significativo, si está alcanzando nuevos máximos o si es solamente el RSI que está imprimiendo niveles récord mientras el precio no logra hacerlo.
Si la tendencia es al alza, los momentos de compra con menos riesgo son las caídas durante la tendencia. Estas pueden ser aprovechadas, estableciendo umbrales de confirmación en el RSI de forma idéntica a los que hemos visto con el nivel 50.

Fig 2: Índice S&P 500 en gráfico diario. Gráfico cortesía de Teletrader Software AG


El gráfico adjunto ilustra como un RSI, con sus baremos estándar, no logra generar una señal de compra en el índice S&P 500 entre agosto y principios de septiembre del 2009. Pero si ajustamos los parámetros de acuerdo con la tendencia, guiándonos por dos promedios móviles simples (20 y 10), obtenemos dos señales de compra cuando el RSI abandona la sobre venta, ahora elevada al nivel 40.
Ajustar los umbrales sólo puede traer consigo una mejora en el desempeño. Lo más probable es que el umbral ajustado vaya a generar más señales que las que se pierden utilizando los parámetros estándar. Y, además, con el umbral ajustado nunca se perderán las señales que se hubieran generado con el umbral estándar.
La decisión sobre si ajustar los dos umbrales o solamente uno de ellos, dejando el otro en su valor estándar, depende del fin deseado. Si optamos por mover un solo umbral, facilitamos la generación de señales en la dirección de la tendencia, ignorando lo que sucede con el umbral opuesto. Pero, si al mismo tiempo, deseamos dificultar la generación de señales en contra de la misma, entonces debemos ajustar los dos umbrales. Un umbral más alejado permite, además, ampliar ligeramente la toma de beneficios, aprovechando así posibles extensiones en el precio.

Un método de corto plazo para aprovechar estos impulsos en una tendencia lo mencionan Charles D. Kirkpatrick y Julie R. Dahlquist: se trata de colocar un alto de compra (una orden Buy Stop) por encima del máximo diario, cuando el RSI declina 10 puntos de un pico reciente situado por encima de 70. Las órdenes de compra pueden ser ajustadas cada día hasta que la operación sea ejecutada, pero se deben eliminar si el RSI continua su declive, sugiriendo que la tendencia ha girado a la baja. 

Las divergencias

El RSI fue diseñado para anticiparse a los cambios en el precio, en lugar de simplemente reaccionar ante ellos. Cuando un operador se prepara para tomar beneficios, la alerta más temprana que puede obtener es una divergencia entre la línea del RSI y la acción del precio.

De forma resumida, una divergencia alcista ocurre cuando una cotización alcanza mínimos más bajos y el indicador RSI registra un mínimo ligeramente más alto que el anterior. La divergencia bajista es justo lo contrario.

Observe que hemos utilizado el término “alerta” y no “señal”. Una divergencia siempre necesitará de una condición que confirme la entrada al mercado. Esta señal de confirmación puede venir de cualquier otro indicador o combinación de indicadores.

La razón por la que ocurren divergencias está integrada en el mismo cálculo del RSI. Teniendo en cuenta que la fórmula divide el Incremento Medio por el Decremento Medio en un número determinado de sesiones, el RSI llegará a un pico si los cierres más altos sobrepasan en cantidad los cierres más bajos. Basta que, después, la acción del precio se consolide durante unas sesiones para que el RSI busque su línea mediatriz. Si este respiro es interrumpido por otro ascenso en el precio, el RSI lo contabilizará teniendo en cuenta los cierres de las sesiones en consolidación. El resultado es que, aunque el precio registre un nuevo máximo, el RSI mostrará en su cálculo un pico menor que el anterior. Lo opuesto es válido para un escenario bajista.

El analista astuto siempre desconfiará de un periodo de consolidación prolongado, dado que este tipo de formaciones deterioran cualquier oscilador.

Las divergencias son un recurso muy utilizado en modelos de trading contra-tendencia, tal como observan Robert D. Edwards y John Magee. Estos dos autores afirman que RSI se hizo popular entre operadores de contra-tendencia debido a la facultad de este indicador para detectar movimientos que no son evidentes en la acción del precio.

Fig 3: Ilustración de los fallos de oscilación alcista y bajista.

Los fallos de oscilación

Una de sus facetas más desconocidas son las figuras en forma de “W” o “M”, llamadas “fallos de oscilación” (Swing Failure) o “giros fracasados”. A diferencia de una divergencia, estas ocurrencias son clasificadas como señales y no meramente alertas. Se dice que ocurrió un fallo de oscilación cuando un pico (o valle) falla en superar el anterior y es seguido por una rotura de la depresión (ascensión) precedente. Si el precio excede su extremo previo después del fallo de oscilación, tenemos una divergencia. Pero, en cambio, un fallo de oscilación no requiere una divergencia: el precio puede simplemente registrar lo mismo que el RSI. Esto significa que el fallo de oscilación puede servir de señal para una alerta de divergencia o puede ser utilizado como señal en sí misma.

Esta señal es interpretada como fuerte cuando el segundo pico (o valle) está más allá del umbral correspondiente, aunque este requisito no es imprescindible para la correcta identificación de la pauta. Un fallo de oscilación también puede suceder en territorio no sobre valorado.

Lo que acabamos de describir es similar a un cambio de tendencia en un gráfico de precios. Una reversión de la tendencia después de un rally (aceleración alcista) consiste en un pico, un descenso, un segundo pico que termina más bajo que el primero, y finalmente una ruptura por debajo del nivel de la primera caída. Lo contrario es valido para un cambio de mercado bajista a un mercado alcista. Normalmente, el operador puede distinguir la letra “M” en un cambio de tendencia alcista a bajista y la letra “W” en una reversión bajista a alcista.

Las divergencias y los fallos de oscilación son conceptos estrechamente relacionados que van juntos de la mano. Es por ese motivo que son tan útiles para detectar entradas oportunas, liquidar posiciones o para cambiar de posicionamiento. Aunque el fallo de oscilación puede ocurrir con otros osciladores, los analistas técnicos coinciden en que es en el RSI donde es más común.

Otras facetas creativas

El compendio de posibilidades que ofrece el RSI no está completo sin enseñar esta otra vertiente del indicador. La identificación de triángulos, cuñas y banderolas reciben un tratamiento idéntico a las observadas en un gráfico de precios. Hasta la figura hombro-cabeza-hombro sobre la línea del RSI es una pauta frecuentemente explotada por los analistas y operadores técnicos. El hecho de que los criterios de ruptura y magnitud sean similares a los aplicados al gráfico de precios, le otorga un potencial oculto al RSI.

Fig 3: Ilustración de los fallos de oscilación alcista y bajista.

Si las figuras gráficas funcionan, entonces también es válido para las líneas de soporte y resistencia que acaban siendo niveles de señal de gran fiabilidad. Basta con unir dos o más picos en el RSI para trazar una línea de resistencia y esperar que se rompa. De forma idéntica a los fallos de oscilación, la acción del precio puede que no esté mostrando el mismo comportamiento y que no sea realmente posible dibujar en ella una línea de resistencia definida. La figura 4 es un ejemplo de una ruptura de soporte en el RSI que ocurrió siete horas antes de la ruptura de soporte en el gráfico de precios.

Un promedio móvil aplicado al indicador es otra variante creativa que sirve de punto de partida para diseñar una buena estrategia. Un cruce del RSI con su propia media móvil puede servir de alerta y es señal de que un cambio de dirección en el precio es inminente.

Conclusión

En vista de la gran variedad de señales que se extraen del RSI, este indicador no se presta a interpretaciones mecánicas y esta es, quizás, una de las razones por la que en pruebas automáticas los resultados son muchas veces decepcionantes. Sin embargo, la riqueza analítica del indicador es una de las razones por las se ha considerado uno de los favoritos de tantos operadores.

Si quiere utilizar el RSI como un generador o confirmador de señales de trading, ya dispone de una selección de las técnicas más fiables . A partir de aquí, se trata de experimentarlas y de aplicarle una buena gestión monetaria.

Referencias

Martin J. Pring, Technical Analysis Explained, McGraw Hill, 4th Edition, 2002
Welles Wilder, New Concepts in Technical Trading Systems, Trend Research, 1978
Charles D. Kirkpatrick y Julie R. Dahlquist, Technical Analysis, The Complete Resource for Financial Market Technicians, FT Press, 2006
Robert D Edwards y John Magee, Technical Analysys of Stock Trends, Snowball Publishinmg, 2010
Oscar Elvira, Xavier Puig, Análisis Técnico Bursátil, Gestión 2000.com, 8ª Edición