El ciclo de Producción de Sistemas (Segunda Parte).

El comportamiento intrínseco de los mercados conduce a los traders a plantearse el uso de sistemas de trading basados ya no en un modelo fijo y estático, sino en mecanismos dinámicos que se comportan y evolucionan adaptativamente ante los movimientos del mercado. 

En esta segunda y última parte de este artículo sobre el Ciclo de Producción de Sistemas que iniciamos en la edición anterior de Hispatrading Magazine, hablaremos de las tres últimas etapas que nos han quedado pendientes: Implementación, Money Management y Seguimiento.

4) IMPLEMENTACIÓN

Una de las primeras verdades que uno descubre –las más de las veces a base de batacazos– en este mundo de creciente complejidad e incertidumbre es que ningún sistema, por prometedoras que sean sus estadísticas, resiste el paso del tiempo. Se produce un progresivo desacople del binomio sistema /mercado, ocasionado por una lenta pérdida de sensibilidad para capturar los movimientos de precios para los que fueron programadas las reglas del sistema. Construimos y testeamos nuestros modelos empleando datos pasados en la esperanza de que determinadas pautas y regularidades se mantengan. Sin embargo, cada mercado cambia; muchas veces de manera imperceptible, lenta y sutil (proceso al que denominamos “deriva de los mercados”, porque nos recuerda la deriva de los continentes), pero también puede hacerlo en bruscas transiciones de fase que dan lugar a marcoépocas muy distintas. Este es el principal motivo por el que el trading de sistemas debe ser planificado siempre en el nivel de portfolio, combinando idealmente mercados no correlacionados y sistemas que respondan a lógicas distintas.

Todo esto implica que el trader, con el tiempo, deberá ir construyendo su propia caja de herramientas sistemáticas; un repositorio de estrategias que le permita responder de manera rápida y flexible a los cambios del mercado, siguiendo siempre (en esto la improvisación no funciona) un protocolo bien definido de eliminación y sustitución de sistemas en el portfolio.

En un momento dado, cualquier sistema puede encontrase en alguna de estas cuatro fases (Ver Diagrama 1).

Por otra parte, un portfolio es mucho más que un recipiente en el que vamos depositando sistemas con expectativas de beneficio. Cada estrategia deberá ser ajustada e integrada con los demás vectores de inversión para cumplir unas metas específicas que dependen de numerosos factores objetivos y subjetivos, entre los que podemos señalar: el capital inicial, los criterios de aversión al riesgo, el horizonte temporal de la inversión, la política de gestión monetaria, etc.

Además, cuando trabajamos con carteras intradiarias, también hay que tener en cuenta la franja horaria en la que se aplican los sistemas para evitar solapamientos o una acumulación excesiva de posiciones en determinadas horas. Todo ello nos lleva a responder a las siguientes preguntas como paso previo a la incorporación de un sistema:

5) MONEY MANAGEMENT

El Money Management o Gestión Monetaria no es más que la inclusión del capital disponible como un factor más a la hora de invertir. En concreto, se ocupa de contestar la pregunta especialmente relevante sobre cuánto vamos a arriesgar en la próxima operación, lo cual a su vez es equivalente a saber cuál va a ser el tamaño de nuestra posición cada vez que decidamos sumergirnos en las procelosas aguas de los mercados financieros. Dicho tamaño va a estar determinado por la historia reciente o acumulada (dependiendo del tipo de gestión que estemos utilizando) de nuestros resultados.

Este aspecto es, sin duda, uno de los más importantes pues es bien conocido que el mecanismo con el que manejemos el tamaño de la posición influye decisivamente en el éxito, no ya de una estrategia concreta sino de toda la cartera. No obstante no debemos nunca pasar por alto que cualquier técnica de gestión del tamaño de la posición no es suficiente para sobreponerse a una estrategia perdedora y es por ello que el Money Management sólo tiene sentido una vez que dispongamos de un sistema con Esperanza Matemática positiva (descontados todos los gastos y estimaciones de deslizamientos), es decir, un juego ganador.

Lamentablemente nunca tendremos la certeza de que nuestra estrategia vaya a seguir siendo rentable en el futuro (no debemos olvidar que nuestro sistema se trata de un juego diabólico cuyo comportamiento no es estacionario) y por tanto la gestión del tamaño de la posición debe tener este aspecto en cuenta.

Por otro lado, una Gestión Monetaria apropiada puede potenciar las bondades de una estrategia modulando nuestra curva de capital en función de nuestras preferencias como inversores. Una de estas preferencias puede ser la maximización del retorno de la inversión, es decir, la utilización de los rendimientos para su reinversión en la estrategia con el objeto de optimizar el beneficio total.

Es fácil mostrar que no se necesita una superestrategia para ganar dinero y que si no nos preocupase la dispersión de la rentabilidad de nuestras operaciones (lo cual en la práctica sí lo hace y mucho), una estrategia rentable, estable y con una apropiada gestión del tamaño de la posición superaría, con creces a una estrategia extraordinaria pero que no lleve implementada ninguna técnica de Money Management.

En la práctica nunca se opta por este tipo concreto de gestión monetaria pero sí por algo intermedio, algo que nos permita componer los retornos pero que a su vez evite el riesgo de arruinarnos. Para ello existen múltiples técnicas que sirven de “amplificadores” de la estrategia, de tal forma que aumentan los beneficios y también las pérdidas, pero que aplicadas adecuadamente suponen un salto cualitativo muy importante en el rendimiento de la cartera.

Lamentablemente, como hemos dicho, todo tiene un precio y aquí se traduce en un incremento de la volatilidad de los resultados que no todos los estómagos son capaces de digerir. Existen, sin embargo, ciertas soluciones.

Por lo general, este tipo de Money Management intensifica el carácter abrupto de la curva de capital, compuesta por los resultados de nuestras operaciones añadidas al capital de partida. Si nuestra estrategia arroja una curva de capital demasiado escarpada, una gestión del tamaño de la posición encaminada a obtener una curva de capital exponencial mediante la composición del retorno se hará difícil de gestionar por el efecto “montaña rusa” que los resultados provocan.

Por ello, si queremos ser capaces de trabajar utilizando este tipo de Gestión Monetaria debemos hacer que las curvas de capital sobre las que vamos a implementarla sean “suaves”. Es posible crear un sistema de trading con curvas de capital suaves y ascendentes pero es, por lo general, mucho más complicado que obtenerlo mediante la creación de una cartera diversificada. Por el contrario, la aplicación de la gestión de la posición directamente sobre el total de una cartera en vez de sobre cada sistema de la misma tiene otros inconvenientes colaterales como son la dificultad para la renovación de los sistemas dentro de la cartera y el excesivo capital necesario para incrementar el posicionamiento de toda la cartera a la vez, lo cual origina una dinámica lenta en la obtención de resultados.

6) SEGUIMIENTO

La monitorización del desempeño de una estrategia no es un componente ajeno al ciclo de producción de un sistema, por el contrario, la medición de su comportamiento es vital para la gestión de nuestro trading. El hecho de medir nos dará información necesaria para corregir errores, mejorar o simplemente no arruinarnos. Lo cierto es que este aspecto puede ser tan sofisticado como uno quiera, pudiéndose implementar las técnicas de gestión de la calidad que se aplican normalmente en una empresa con el objeto de conseguir la mejora continua de nuestros procesos. En cualquier caso, existen ciertos aspectos ineludibles a la hora de realizar el control del funcionamiento de una estrategia:

a) Interno: Cuyos elementos de trabajo son los resultados teóricos esperables del propio sistema, los resultados reales y el contraste de los mismos. Permite controlar que nuestra estrategia se comporta como se espera de ella de acuerdo a las estadísticas de las que disponemos, corregir errores de funcionamiento, analizar posibles mejoras, etc.

b) Externo: Cuyos elementos de trabajo son “Benchmarks” o referencias con los que nos comparamos, con el objeto de evaluar la calidad del rendimiento de nuestra estrategia.

El factor fundamental de este punto es darse cuenta de que si no medimos, no podemos mejorar. El análisis de las desviaciones aparece como un factor primordial. El hecho de que nuestras estrategias tengan una “vida útil” más o menos larga, genera que la capacidad que tengamos de observar cuando el sistema está dejando de funcionar pueda suponer el éxito o fracaso de la misma.

Por todo ello, la información relevante que obtengamos sobre la evolución de nuestros sistemas de trading, es introducida de nuevo en el proceso de creación con el fin de mejorar o adaptar los sistemas, produciéndose un ciclo ininterrumpido de trabajo.